A partir de la lectura de” la esencia de lo estético” me intereso en definir algunos conceptos que como elementos del escrito son claros, pero si repensamos su definición nos acercan a un dialogo con el autor.
Un adjetivo determina características de un sustantivo, es decir hace referencia a propiedades de objetos que pierden su generalidad; una figura cuando se acompaña de un adjetivo concreto que determine su tamaño no pertenece ya al grupo de las figuras, ahora es una figura grande, larga, delgada, etc. Cuando el adjetivo es abstracto trae consigo una respuesta subjetiva de quien contempla el objeto: es una figura extraña, delicada, complicada, etc.
El autor propone que el adjetivo “estético” no corresponde a una significación objetiva sino a una significación de estado o de función, esto quiere decir que se hace uso de un adjetivo abstracto para determinar si se percibe o no la estética en un objeto. Sin embargo la relación entre el sujeto y el objeto no culmina con una simple exclamación cargada de adjetivos, y la relación con el objeto contemplado no siempre es la misma, esta está determinada por un gran numero de estímulos que interfieren dentro del proceso interpretativo, la misma contaminación a la que es expuesta cuando un sujeto quiere transmitir a otro su sensación por medio de palabras.
La estética se pierde en los adjetivos, esta no es una realidad que deba ser comunicada, menos aun el adjetivo “estético” cumple con una función moderadora o ilustrativa. Lo estético pierde su valor cuando se reseña, cuando se comunican las opiniones sobre un objeto, cuando un sujeto demuestra la utilidad de este y lo contextualiza, Todo esto define lo que es la cultura y queda abierto el debate desde mi propuesta “la cultura no es estética”.
CARLOS A GONZALEZ.
Bibliografía consultada
Friedrich Kainz, Estética, trad. de Wenceslao Roces, Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 1952, pp. 56 59 y 72 75.
Un adjetivo determina características de un sustantivo, es decir hace referencia a propiedades de objetos que pierden su generalidad; una figura cuando se acompaña de un adjetivo concreto que determine su tamaño no pertenece ya al grupo de las figuras, ahora es una figura grande, larga, delgada, etc. Cuando el adjetivo es abstracto trae consigo una respuesta subjetiva de quien contempla el objeto: es una figura extraña, delicada, complicada, etc.
El autor propone que el adjetivo “estético” no corresponde a una significación objetiva sino a una significación de estado o de función, esto quiere decir que se hace uso de un adjetivo abstracto para determinar si se percibe o no la estética en un objeto. Sin embargo la relación entre el sujeto y el objeto no culmina con una simple exclamación cargada de adjetivos, y la relación con el objeto contemplado no siempre es la misma, esta está determinada por un gran numero de estímulos que interfieren dentro del proceso interpretativo, la misma contaminación a la que es expuesta cuando un sujeto quiere transmitir a otro su sensación por medio de palabras.
La estética se pierde en los adjetivos, esta no es una realidad que deba ser comunicada, menos aun el adjetivo “estético” cumple con una función moderadora o ilustrativa. Lo estético pierde su valor cuando se reseña, cuando se comunican las opiniones sobre un objeto, cuando un sujeto demuestra la utilidad de este y lo contextualiza, Todo esto define lo que es la cultura y queda abierto el debate desde mi propuesta “la cultura no es estética”.
CARLOS A GONZALEZ.
Bibliografía consultada
Friedrich Kainz, Estética, trad. de Wenceslao Roces, Fondo de Cultura Económica, México, D. F., 1952, pp. 56 59 y 72 75.
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